miércoles, enero 16, 2008

"Un puñadito de sal torera" (Joaquín Vidal)


"Pepe Luis Vázquez juntó las zapatillas y le hizo al tercer toro un quite por verónicas hermosísimo. Aquello fue una brisa celestial que barrió los insoportables vapores de la plúmbea tarde y la espesa feria. Embarcaba suave al toro en los vuelos lentos del capotillo y cuando remató con la media verónica frunciendo la esclavina junto a la cadera, hubo una gran ovación, sí, pero hubo, sobre todo, un murmullo largo de olés quedos, frases admirativas, preguntas que no podían tener respuesta. "¿Lo he soñado, oiga?. "Usted no sé; yo lo venía soñando desde que empezó la feria". Pepe Luis Vázquez, así, de sopetón, sin estridencias, sin decir allá voy y ahora veréis, sin dar cuartos al pregonero, había aderezado con una pizquita de sal torera ese guisote burdo e insulso en que han convertido la fiesta, y al público se le hacía la boca agua.

No fue sólo el quite, con ser mucho. Al quinto toro, una especie de mulo recio a embestir, lo toreó como los ángeles y allí echó el puñadito de sal que faltaba para engoloinar a la afición. Los pases completos que pudo dar no pasarían de una docena, mal contada: dos tandas con la derecha rematadas mediante la trincherilla y el cambio de mano; otra de naturales en los que hubo un par de ellos de antología; suertes de dominio y de adorno para para cortar la huida del toro, que proclamaba estrepitosamente su mansedumbre buscando el refugio de las tablas. Nada más...y nada menos. Es decir: ¡El toreo!
(...)"
Joaquín Vidal ("Crónica de la tarde del 23.4.1992 en la Maestranza de Sevilla. Toros de Carlos Núñez")
Foto : Manón

5 comentarios:

  1. Hablando de "sales toreras", Aparicio ha cerrado ¡tres tardes, tres! en Madrid. Disculpen mi ignorancia, pero ¿¿ese señor está para plazas de responsabilidad??

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  2. ¡Cómo echo de menos las crónicas de Joaquín Vidal!. Siempre se aprendía algo. Denunciaba lo malo de la fiesta con una prosa elegante y un gran sentido del humor. Nunca aburría, aunque él hubiera sufrido el sopor de una corrida infumable.
    Cuando en el ruedo se había producido el toreo lo contaba magistalmente. Se le notaba disfrutar. Recuerdo la crónica de Aparicio (soñar el toreo) o la de Emilio Muñoz con un toro de Zalduendo en Sevilla...

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  3. O aquella otra dedicada a Rafael, toro de Benavides en Las Ventas: "Nunca el toreo fue tan bello".

    O la que tuvo a Fermín Vioque por protagonista, cuando al torero un toro le pegó una voltereta, también en Madrid, no le hirió, ni le rompió el vestido, pero sin embargo le dejó "su atributo" al aire. Fermín, siguió toreando algo conmocionado, en los medios, y sin darse cuenta de que llevaba por fuera el paquetoni, hasta que sus compañeros desde la barrera le avisaron. Al día siguiente Joaquín Vidal tituló: "Vimos de todo"

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  4. Desperdicios, yo no sé si Aparicio está para tres tardes en Madríd; lo que dudo es que Madrid esté para tres tardes de Aparicio, ¿o es que creen que va a volver a sonar la flauta? ... los milagros son eso, ¡milagros! ... pero hay que ser muy, pero que muy, creyentes.

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  5. Yo comparto las dudas de Lupimón, pero al mismo tiempo me pregunto ¿vamos a criticar a un torero por dar la cara tres veces en Madrid, mientras defendemos a otros que no tienen los huevos de ir ni una sola vez, y que de hacerlo se niegan a que los televisen?

    No estoy llevando una guerra personal contra nada ni contra nadie, y eso me lo podéis creer porque, así como no soy torerista tampoco soy "anti-torerista", pero cuando me tratan de hacer comulgar con ruedas de molino me atraganto un poco.

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