viernes, noviembre 22, 2013

Sobre Epifanio Rubio "El Mozo" (Pepe Dominguín)

“El Mozo” es para todos nosotros un ser especial, fuera de serie. Aún duraba la Guerra Civil, cuando un día, contaría por entonces unos 17 años, se presentó en “La Compaza” demandando trabajo. La abuela Pilar le dio un trabajo eventual en la Gañania. “El Mozo” era corpulento, fuerte, serio y callado. Trabajador y honesto a carta cabal. Cuando regresamos de Lisboa ya llevaba unos meses en estos menesteres y allí siguió cuando terminó la contienda y nos iniciábamos como toreros. “El Mozo”, aparte de otras muchas cosas, se encargaba de despertarnos al ser de día, apareciendo en la cocina abrazado a una cepa de encina, de cerca de 100 kilos de peso, que ponía sin gran esfuerzo sobre los rescoldos de ascuadriles del día anterior, que calentaban las tarinas próximas, donde sobre las tablas dormíamos Miguel y yo.
Su corpachón era demasiado abundante en tala y anchuras como para pensar en embutirse en el traje de torear de un hombre de a pie. Y “El Mozo”, con nuestro consejo decidió hacerse picador. Que fuerza y potencia no le fallarían. “El mozo”, a estas alturas, no había visto en su vida un toro bravo, como no fuese en las revistas taurinas, que fue casi la carretilla todo, yo le enseñe a leer.
En los meses de temporada comenzó su aprendizaje. Primero como mozo de cuadra y después como picador de reserva a las órdenes de Veneno y Salcedo, que alquilaban a las empresas los caballos para picar. Poco a poco fue haciéndose al manejo de las monturas, de las puyas y de petos y también se hizo ducho en caídas y golpetazos, donde a veces las babas de los toros se le acercaban calientes y verdosas a su propia cara.
Cuando cesaba la temporada regresaba a “La Companza” para hacer lo que hiciese falta, pues tanto se le daba hacer una cochura de pan, cavar la viña, echar unos surcos, como en las fechas de la matanza destrozar un guarro, amasar y embutir los chorizos o apilar los jamones después de salados.
“EL Mozo” hacia todo y todo lo hacía bien. Luego iría integrando su familia a nuestra casa, hasta convertirlos en parentela creciente y querida.
Cuando “El Mozo” cumplío los largos días de aprendizaje, toreo conmigo y después pasó a la cuadrilla de Luis Miguel. Para entonces ya era “El Mozo”, Epifanio Rubio Borox, un gran picador y además fundador de una dinastía de varilargueros, todos buenos profesionales, pues, sus hermanos, tanto Mariano como “Chiquillín”, se despidieron del azadón, la pala y la vida campesina para integrarse en las relucientes y vistosas cuadrillas de lidiadores de reses bravas.
“El Mozo” ha sido en el largo curso de nuestra azarosa vida el primero en alegrarse con nuestras venturas y el último en abandonar nuestros pesares, y su impotente presencia humana, silenciosa, cabal y amiga, ha sido testigo entrañable de nuestro pequeño y apretado mundo familiar.


Pepe Dominguín ( Mi gente)

Nota: Acabo de leer la noticia de su fallecimiento. Descanse en paz
Nota : "El Mozo estuvo con Dámaso GómezDomingo Ortega,Cagancho, los tres DominguinesJulio Pérez “Vito”, el mejicano Jesús CórdobaAntonio RubioMacandro, doce años con El  VitiPedrés,PalomoOrdóñezJumillanoLitriPalomar, con el que precisamente picó el sexto toro de la llamada “corrida del siglo” en 1982, Curro VázquezRoberto Serrano...
Vía: Extrapicurciela

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