jueves, febrero 11, 2016

Habla Fernando López-Mirones

Es también uno de los pocos naturalistas que no duda en afirmar, en plena polémica de la fiesta taurina, que «las fincas de toros son los mejores santuarios naturales. Lo mejor que te puede ocurrir si eres una cigüeña negra, un águila imperial o un lince es que tu casa esté dentro de una de esas fincas. Y esta paradoja la he descubierto rodando. No estoy opinando, estoy contando una realidad. A los toros se los maneja a caballo para que ni siquiera oigan motores, porque les molestan. Nadie caza ni coge setas. Entre lo que vigila el propio toro y los ganaderos y que esto produce dinero porque hay corridas detrás, en esas fincas no hay quien se cuele. Sin embargo, vas a Doñana o Monfragüe y no tarda en aparecer alguien que se ofrece a franquearte el paso de noche para alguna actividad ilegal», denuncia.
Si se elimina el toreo, asegura, no solo desaparecerá el toro de lidia: «Todas esas fincas, más de un 20% de la superficie de España, cambiarían de uso, y la biodiversidad que albergan desparecería en gran parte. Se cambiarían los árboles por carreteras y edifios». Asegura con un punto de ironía que el «medio» ambiente tiene otra «mitad»: «Las cosas, por muy naturales que sean, hay que mantenerlas. ¿Y cómo mantendremos los santuarios creados en torno a los toros sin aporte de dinero?», se pregunta.

2 comentarios:

  1. Por ponerle sólo una pega, la primera frase del encabezado: no son pocos los naturalistas y ecologistas que piensan igual que Fernando y que, además, somos aficionados a la tauromaquia.

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  2. Es una pena como se están empeñando en quitarnos lo más propio y auténtico de nuestra cultura.

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